La expresión plástica posee un
papel importante en la educación inicial, ya que es una necesidad del niño.
Durante esta actividad, el niño no solo percibe, sino que además, piensa,
siente, juega, disfruta y sobre todo actúa de manera individual y grupal.
Al pintar, dibujar, cortar, pegar, modelar, dibujar, al
“poner el cuerpo” desde la vivencia y la reflexión, el niño combate prejuicios
e inhibiciones que en muchos casos son los que cortan el espacio
lúdico-expresivo-corporal. Estos “espacios de encuentro” consigo mismo y con
los demás compañeros y docente, favorece la confianza, seguridad en sí mismo, y permite canalizar
sentimientos y emociones; se independiza del adulto, utiliza los materiales con
libertad, y confianza, se expresa en sus trabajos con soltura y originalidad.
Uno de los propósitos del jardín
de infantes es "desarrollar la aptitud para percibir la belleza y el
cultivo de la libre expresión creadora".